11 de abril de 2014

Extracto de "El Principito" de Antoine de Saint-Exupéry

“Ay, Principito, así comprendí, poco a poco, tu pequeña existencia melancólica. Durante mucho tiempo sólo tuviste como distracción la dulzura de las puestas de sol. Me enteré de ello en la mañana del cuarto día, cuando me dijiste:

-          Me gustan los atardeceres. Vamos a ver una puesta de sol…
-          Pero hay que esperar…
-          ¿Esperar qué cosa?
-          Esperar que el sol se ponga.

Parecías muy sorprendido primero y después te reíste de ti mismo y me dijiste:

-          ¡Siempre creo estar en casa!

Efectivamente, cuando es mediodía en Estados Unidos, el sol, todo el mundo lo sabe, se pone en Francia. Bastaría con poder ir a Francia en un minuto para asistir a la puesta de sol. Lamentablemente, Francia está demasiado lejos. Pero en tu planeta tan pequeño te bastaba trasladar tu silla algunos pasos para ver el atardecer cada vez que lo deseabas…

-          ¡Un día vi ponerse el sol cuarenta y tres veces!

Y un poco más tarde, agregaste:

-          Sabes… Cuando uno está muy triste, ama las puestas de sol…
-          ¿Entonces ese día de las cuarenta y tres veces, estabas muy triste?

Pero el Principito no me respondió.” 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenas enseñanzas las del Principito...