11 de abril de 2014

Montañas

Yo no nací en estas tierras, tal vez me hubiese gustado, pero yo no soy de aquí. No como aquél cóndor que nos divisó a lo lejos en su vuelo, no como aquél conejo que rápidamente huyó dando brincos al vernos, no como aquella lagartija que al percatarse de nosotros se perdió en sus túneles que tan bien conoce, y definitivamente no como todas esas hormigas que al levantar esa roca, dimos con sus laberintos y con un submundo totalmente desconocido. Todos ellos, son de aquí, más bien, ellos conforman el aquí.
Yo, yo soy de la ciudad, y hoy, me he escapado.
Me vine a las altas cumbres, aquellas que rozan el cielo, que nos sorprenden con fuertes vientos y que durante las noches ven de cerquita las estrellas adornando el telón. Aquí me he venido: a despejarme, a gritarle con fuerza al mundo para que mi eco se lleve mis tensiones, mis miedos. También vine a respirar, a llenarme los pulmones con aire del puro, aquél oxigeno virgen y nómade que viaja sin detenerse entre infinitos cordones montañosos.
Mi percepción se abre mi visión se pierde en el horizonte veo aquella vibra que fluye en el aire la veo en serio son millones pequeñas partículas que flotan y hacen un todo. Al mismo tiempo mi cerebro genera preguntas y respuestas fines comienzos. De nada estoy seguro sólo que esta tierra es real puedo sentirla toda la energía hay vida hay vida hay vida.

Soy un charlatán.

Thor

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