11 de abril de 2014

Extracto de "Scorpio City" de Mario Mendoza

“Ha llegado el momento de despedirme una vez más de la ciudad. Sé a qué atenerme: si me quedo será una manera de entregarme a la intolerancia y a la intransigencia, de botarme entre ellas para ser despedazado, de lanzarme entre sus brazos para ser crucificado en un nuevo sacrificio inútil. No es ése mi destino. Debo salvar una fuerza que viene de muy lejos, que atraviesa los bosques del Neolítico y las capillas del medioevo, una fuerza que está en mí, que habita en mi interior como un canto ininterrumpido. Es mi deber salvar esta fuerza milenaria que he heredado involuntariamente.
Estoy sentado en la última fila, despidiéndome de mi ciudad en secreto. Adiós, Bogotá, ciudad apocalíptica de las mil heridas, ciudad venenosa que te ensañas con los que no te comprenden, ciudad de dulce crueldad, ciudad travesti de maquillajes incomprensibles. Llevaré tu veneno en mis entrañas con la más profunda jovialidad.

Evoco estos dos versos dolorosos: Y es entonces cuando peso mi exilio / y mido la irrescatable soledad de lo perdido

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