En el momento decisivo de la batalla se produce un cambio
asombroso cuando el soldado que toma la ofensiva y cree que está próximo a
coronar el objetivo mira alrededor, desorientado, sin ver a los compañeros con
los que había iniciado la acción, mientras el enemigo, que todo el tiempo le
había parecido singular, débil y estúpido, de repente se convierte en plural y,
por ello, invencible. En ese momento decisivo de la batalla -claro para
aquellos que lo viven; misterioso e inexplicable para los que tratan de
adivinarlo y comprenderlo desde fuera- se produce un cambio de percepción: el
intrépido e inteligente "nosotros" se transforma en un tímido y
frágil "yo", mientras el desventurado adversario, que se percibía
como una única presa de caza, se convierte en un compacto, temible y amenazador
"ellos".
No hay comentarios:
Publicar un comentario