De pronto, nos encontramos hablando sobre dios. Sin cálculo
previo y con la esperanza flameante clavada en nuestras palabras y en nuestras
miradas, hicimos saltar de órbita en órbita la conversación, tonificando la circularidad
que nos llevaría luego de una diversidad no menor de temas y de un baile cuando
menos erótico de conceptos, de regreso al punto inicial. Cuando todo pareció
estar conectado, nos reímos y nos sonrojamos; habíamos urdido sin esfuerzo la
unión que tanto buscábamos.
De ahí en más no sé qué ocurrió, el presente languideció y
la memoria cerró sus dúctiles puertas, no sé qué miedo nos produjo tal vértigo
para detenernos de esa forma, pero nos encontramos frente a nuestra única
creación sin poder lanzarnos sobre ella. Fue así como de pronto, nos
encontramos hablando sobre dios.
Diego Huberman
No hay comentarios:
Publicar un comentario