Revista edición n°2 Noviembre 2014

(sin ilustraciones)



PRÓLOGO 

Paso tras paso, hemos ido poblando el espacio público: susurrando por aquí, metiendo ruido por acá y viajando entre papeles humedecidos y arrugados dentro de mochilas azarosas.
En esta segunda instancia, llevamos nuevamente a un diverso público nuestro continuo y dicho proyecto literario en el cual trabajamos concienzudamente. El objetivo sigue siendo igual que en un comienzo y quizás de cierta manera, se ha ido amplificando progresivamente: concebir un flujo literario y cultural que pueda dar cabida a jóvenes poetas, escritores, dibujantes, pintores, o gestores de una transformación de esta realidad inmediata. Son pequeñas puertas, pequeñas manijas o cerrojos que tientan en las penumbrosas irresoluciones a abrirse y explorar nuevas fronteras.
Esperanzados, seguimos pujando e impulsando la mencionada autogestión: irrumpiendo la inmovilidad humana y el hastío general.
Y en pos de esa vía, firmes voces y tímidas manos se unen a la acción, a la praxis y a la reutilización de la efímera (o prolongada) creatividad. Lentamente,y granito tras granitos, vamos armándonos: avanzando entre vistositas motivaciones cultivadas por necesidades de expresión, elaboraciones minuciosas hacia terceros, denuncias, o simples tiros al aire.
(Nacer y morir
nacer y morir,
nacer y morir,
hasta quedar en alguna memoria inconsciente colectiva o fragmentada, que
intente viajar entre palabras, dibujos e ideas multiversales.
Y aquella precisa memoria, sabrá dónde hacerlo.)


Al lector
Le escribo al lector invisible, anónimo, desconocido y por qué no, inexistente.
Le escribo para deshacerme de mi locura, para pasar la pelota.
Escupo esta niebla que cubre mis noches y que enfría mis despertares.
Le escribo al lector para simpatizar en este vasto humedal de aves y sueños,
buscando inútilmente un compañero de vuelo. Uno que sea, que al leer mis
destartalados párrafos sin sentidos encuentre una tenue y particular luz que
lo acaricie.
Pero puede que aquél lector no sea más que yo mismo, que en resumidas cuentas, soy
yo el único capaz de vislumbrar esbozos de este “raciocinio” personal, y ni
siquiera eso, quizás sólo muestras engañosas e ilusorias.
Escribí, escribo y escribiré ya que fue, es y será la manera más eficaz de
intentar domar al lobo salvaje
(Los lobos no andan solos, se
mueven en manadas...
Camino por un territorio
incierto y debo identificar
 a los míos.
Corro en contra
de las agujas del reloj.)
-Anónimo


La Blanca
Imagina un camino de tierra. Imagina que a cierta distancia, la cual no
me molestaré en precisar, pues no sería ni es preciso, está La Blanca. Imagina
que por más que caminas, poco o nada te le acercas. Imagina por qué
está tan lejos, imagina el resto de tu vida caminando hacia La Blanca.
Imagínatela, porque es lo más cerca que estarás de Ella. Imagínatela, e
imagínate. ¡Por Dios! Imagínate, antes de que te realicen.
-Mandu


Indeciso en dos
Tengo las dudas ahumándose;
Mar y faro se lanzan orillas
Y me constituyen un paisaje dual.
Por un lado tengo el trópico de velas blancas
Tapizado con Fotocopias arrugadas
Del rostro de mi madre
Por el otro está el olimpo de jalea
Sucio y encielado con goteras-lágrimas.
 Tentacular arquitectura
Con la cara de un criminal menor pero reincidente.
Parece sensato analizar las opciones con fuego
 Tiempo y fuego
Abriéndome de esa manera pasó quizás
 Hacia una tercera vía
En la que hurgarme los límites
Sí esté entre las opciones
Y así
 Solo de esa manera
Nunca más volver a la periférica plaza
A inflar globos a punta de suspiros.
-Golondrio


El abismo es sólo un paso al infinito
Si decidieras lanzarte de la azotea de un edificio
lo harías de frente para darle la espalda al cielo
Probablemente…
Probablemente…
Nos hemos quedado en el silencio eterno donde navegan cientos de estrellas
dos océanos que devoran la arena –tus iris no mienten
en mi vientre sólo espasmos que calman mientras florece y mancha de
carmín
Sé que puedes escuchar mi savia ¡cae gota a gota!
sangre somos cayendo de las pestañas de un gran precipicio
-Arriba de esto sólo el abismo
De tu boca, el fluir más efímero de lo infinito
De la mía, el fluir más efímero de lo infinito
¡Díganle a las aves de estepa que agua somos!
Un océano que devora la arena de un reloj
Nos hemos quedado en la mirada tierna de un niño que corta una flor
Y su néctar corre, corre…
Probablemente…
Probablemente…
Eres mío porque te conozco hace seis mil estaciones antes del procónsul
En un año que sobra, en un todo que es la nada
-por sobre nosotros sólo el abismo
Si decidieras lanzarte de la azotea de un edificio
Saltaría hacia atrás para mirar el cielo y verte volar
Quizás en un sin número de años tu golpe amortiguar
En todas las vidas que volvemos a empezar
-Debajo de esto sólo el infinito.
-Cassis


Nadie toca la puerta en mi retina
... un día lo vi ahí sentado
estaba el en las rocas de la playa contemplando
su concentración en si mismo me llamó la atención
supe que se estaba resolviendo
busqué de lejos su mirada
pero claro, quien miraría a semejante chica teniendo el mundo a sus pies?
perdí mi concentración en él
jugué con mis pies en la arena
contemplé el mar, el sol, las olas
entré en mi, entré y me conecté con ese todo
pensé en lo mucho que me hacía falta un abrazo
un calor cómplice con quien poder compartir los entendimientos que me
regaló el mar
la creatividad que me entregaba esa musicalidad
no lograba comprender tanto silencio en el alma
por que ya nada alborotaba mi mente lo suficiente
nadie tocaba la puerta en mi retina
sin embargo, yo mendigo un poco de calor de puerta en puerta
migajas sirven para alimentar un poco al corazón
pero cuando ya dejan de abrir la puerta
el amor propio se hace poco
giré mi cabeza hacia el atardecer que por fin llegó
el frío de la costa me abrazaba cada poro
tomo mis ideas y me levanto
sacudo el exceso de arena para retirarme
y noto que aquel chico también lo hacía
caminamos opuestamente,
desde lo lejos, manteniendo la mirada
esperando el cruce por encima de la arena
noté que estaba determinado a mirarme
le miré devuelta sin titubear
y para cuando ya estábamos lo suficientemente cerca
inevitablemente ambos nos sonreímos vergonzosa y cómplicemente ..
bajando la mirada y siguiendo nuestros caminos....
Cassiopeia


6 meses
9 de Octubre
Hoy volví a soñar. Soñé hasta pasado el mediodía, envuelto en mantos de
felicidad y tiempos pasados. Debo haber despertado unas cuatro veces en el
transcurso de nueve horas, pero irremediablemente volvía a caer en garras
de mis sueños. Su rostro, combinado con distintas imágenes de mi más
tierna infancia, sólo puede significar una cosa: felicidad. Soñé con la casona
de mis primos en Santiago, soñé con la calle donde di mis primeros paseos,
y soñé con el lago donde pasé los mejores veranos de mi vida. Sin embargo,
estos parajes y recuerdos no fueron protagonistas en mis divagaciones.
Todos cumplían un rol secundario, puesto que acompañaban su mirada.
Los ojos color caoba contrastan maravillosamente con su piel de porcelana,
donde sólo se atreven a nadar las pecas y lunares más audaces. Sus cabellos
color miel brillan de distintas maneras, en especial en las primeras horas
del día, o en los últimos estertores del atardecer. La manera en que las
comisuras de sus ojos se arrugan cuando sonríe me recuerda vagamente a
los pliegues de un tulipán, con aquella suavidad y hermosura propia de los
pétalos de una flor. Al recorrer los contornos de su cuerpo con mis manos,
siento como si estuviese acariciando un trozo del universo; el delicado roce
de piel con piel produce una música más hermosa que cualquier violín, y
las vibraciones de su cuerpo se condicen con los latidos de mi corazón. Las
palabras sobran; ella es más que cualquier otra cosa.
Despertar feliz no siempre es lo mejor. Despertar triste y darse cuenta de
que solo fue un sueño produce una gratificación y tranquilidad inmediata.
Por otra parte, despertar feliz…
Hoy se cumplen 6 meses desde que la dejé de ver.
-Rocesin


Sarna
Llevo teorizando 94 días un manual de las hojas secas,
Y oye Casandra, me apareces sarpullida hasta por los pensamientos de la
micro naranja
Que me lleva diariamente por las cañerías de esta ciudad multifacética.
-En el reflejo de la calva del cincuentón que va sentado adelante
Veo tus horas moverse rápidas y sin un segundo mío (de esos bien cansinos
que me caracterizan).
En la mochila de la pingüina parada al costado derecho
Me da la impresión que hubiera una colección de libros sobre lo que nos
hemos dicho, pensado, hecho (pero con mala ortografía).
Mientras tanto yo acampo en el ceño mismo del chofer más huraño de la
línea,
Al no poder verte siquiera a una distancia de cordilleras caídas, Lesbia.-
Me pica y me rasco con rabia,
Palabrazos me llueven y ya no puedo proteger mi buen ánimo de porcelana
que termina con una pierna rota,
Cayendo simbólicamente en frente tuyo.
Pero como hasta en la calva de un cincuentón, en los libros de una estudiante
e incluso en el ceño mismo de un chofer huraño no dejas de ser tú,
 Andas preparada y me pasas la cinta adhesiva -como perdonándome (otra
vez).-
Y esa eres tu lesbia, que hasta en la micro me sarpulles, picas y me rasco.
-Golondrio


“Lemu Lahuen”
De espaldas. Ese muelle,
Es el muelle que da para
 El abismo en el que tanto
Gozamos el caer.
 ( Sentimos el volar. )
Anda.
Lánzate, no te atraparé.
Grita. Platica con nuestro amigo el viento.
Cuando roces los juncos
Y sientas lo húmedo del rio
Al tocar tu suave cara,
Yo apareceré.
Donde caigas daré la vuelta y te sujetaré.
 Es nuestro espacio. “Abismo sanador”
Lahuen.
-Sam


Anuncios clasificados
Se busca, poeta, y qué casualidad,
mirad hacia las penumbras y verás arrastrar,
los enigmas olvidados, los bandidos del mal.
Graciosas sus ganas, su desajuste social,
la dimensión perdida, la desierta vecindad.
Sus versos serán intento, de ilustrar los vacíos,
pero qué son las letras más que dardos fallidos,
pausas mediatizadas, títeres reprimidos.
Qué escuchen los idos, los fantasmales anonimatos:
Se busca, poeta, pero que quede claro,
sólo para reír un rato.
-Anthóstines


...
En la mente vagabunda del que camina solo, del que camina sin rumbo,
creando paso a paso la senda de su existencia no hay nada más que una
perfecta ilusión de libertad.
¿Cuantas veces te has perdido en las sinuosas rutas del pensar, y cuantas
veces más sentirás el agobio de no llegar a ningún destino?
¿Qué es lo que buscas con tanto recelo?
¿Qué anhelas corriendo por calles sin salida, chocando con los muros de tu
propia consciencia?
Cuando llegue la primavera tal vez descubras que ya no vale la pena seguir
vagando, que en el egoísmo de tu andar solitario, olvidaste parar un segundo
y darle al otro asilo en tu caravana. Ese tú eres yo, y ese otro eres tú, y si
caminamos juntos, probablemente no lleguemos a ningún lado, pero habremos
saboreado la belleza de compartir el viaje con alguien más.
Quizás juntos seremos libres…
-Diana O.


La interrogante no termina en palabras
Sombra condimentada,
Cocinada,
Dada vuelta,
Apuñalada,8
Sombra hospitalaria a migajas
Y a aureolas pasajeras.
Sin pensar queda plasmada
en un cuadernillo de caligrafías,
Donde las lagañas pierden sueños,
y las orejas sus propios sujetos.
El mal aliento ya no es sólo mañanero,
¡qué macabra tal conjugación de palabras!
Ni el viento, ni la pasta de dientes
Podrían disiparlo de tus ojos.
Despierta, te esperan las matemáticas
Las del almuerzo, cena y once.
Que no se te olvide aliñarlas,
Cada día se pierde la sal.
Y volvemos a las lagañas/sueños
En el sinfín de frazadas podridas
y fuegos oxidados.
-Girasoles


Reunión del comité medioambiental internacional acerca de la
implantación de flores transgénicas
Nunca hubo un mar de techos latosos
Como el que te tapaba la flora y fauna
En la fiesta de las corbatas escamosas.
Recuerdo haber visto
 En esa pizarra-noche
Trazos de un esquema
Metodológico
Metálico doloroso
En donde se concluyó
Que a las moto-esencias numéricas
Del tiempo pre-industrial
Se les antepondrá la famosa
 “s” Transgénica ($),
Ese homúnculo peligroso norte9
Concebido en este sistema de signos cadavérico
 Pero al fin y al cabo orgánico.
Flormona florcienta flororosa.
La votación fue unánime en el concejo internacional
Flormona florcienta florororuda.
¿Qué será de las flores?
-Golondrio


F.
Sí, no estás bien. Tu rostro se ha desfigurado; tu piel ya no es tu piel; tu
cabello ya no me deslumbra; tu sonrisa ya se tornó falsa. Siempre mirando
con extrañeza la locura que te rodea; siempre llorando astillas.
 Tú, querida y sumisa humana. Tú, que siempre te encuentras al borde de
la lástima, que siempre te asfixia la desesperación, giras alrededor de la
humanidad desgarrando con dedos sangrantes la corteza sanada de llagas y
cráteres asesinos de almas y corazones amantes.
 Tú, amiga de la tristeza y la soledad, afirmas sordamente que tu Edipo
está enclaustrado en su amargura, niegas a boca cerrada que eres capaz
de golpear y huir del cementerio en que te tienen, tráeme un sendero por
el cual pueda caminar a tu lado y así acompañarte en el futuro mismo del
presente que no habita entre nosotros. Déjame salvar el antro decadente de
tus vísceras vacías. Deja que mi brazo anide a tu cerebro, y que mis arterias
latentes reciban tu desdicha y la acaricien hasta que se vuelva azúcar.
Recuesta tus pulmones en el viento de la vida.
-Estefanía Parra


El azar y el gas
Y es que yo no puedo concederme la inactividad de buitre repleto al mirar
los detalles del entorno con cierta agudeza, cierta aparición de ojos en las
orejas, con ojos en las ojeras; siempre rememorando el sublime verde de la
costa, tan hostigoso a ratos, tan perfecto como ahora. Prefiero quedarme
sentado, fumando de mi tabaco húmedo, leyendo a ratos para vomitar
metáforas replicadas y reajustadas. Ya nada es lo que se piensa, las notas
musicales no sirven al compás y los monosílabos quedaron obsoletos.
Si he de pedir perdón lo hago a la luna, fría arpía de belleza inmaculada
sujeta del péndulo del abismo, cuantas inmensas noches no te he dedicado
mi contemplación; ¡Pido perdón!. Me voy sumergiendo en fríos devenires
de manos huesudas y parcas, me encuentro cara a cara con el destino y le
entrego pétalos molidos, pasas moradas, versos sanguinarios y un beso
en la frente; desde ahí desprendo mi camino solitario y descompensado,
caminando a ratos, a otros adelantando al viento en mis corridas abismales
dentro de los conscientes e inconscientes, de lo oscuro y olvidado, de lo 11
profundo del alma silenciosa y no ventilada.
Atraigo con la fuerza de mil barcos lo recóndito de las almas en pena, amigas
insaciables de despertares ahumados, con cafés cargados y sin azúcar,
con charlas en penumbras y bailes etílicos donde el bufón escondido bajo
mi caparazón sale a flote silbando un tango añejo. Me hago amigo de las
noches cargadas de silencio, del eco del oleaje, de bruma, niebla, de grandes
ojos y míseros espíritus noctámbulos.
Me repugna el gallo con su cantar odioso e inadecuado; voy sintiendo el
pasar de los años; me escondo del tiempo en conchas vacías y putrefactas
encontradas en la infinita arena; me tomo con calma la entrada, huyo de
relojes y faenas. Escondo mis temores en silencios impertérritos.
El viento me sabe a recuerdo, y la tarde pesada se esfuma para darle paso a
las gloriosas nubes rojas y grises, marchando al compás de un ejército cojo;
bambolean los arbustos, los mosquitos salen a merodear, ínfimas partículas
inútiles de azaroso despliegue por el aire.
-Jorge Lukó


Quiéreme
Este zumbido en los oídos me revienta la calma, me oprimen toneladas de
flemas el centro del corazón, me voy hundiendo bajo las mantas de noche
minada y tentacular; memorizo el portazo seco de la huida y lamento la
falta de estupor. No existe cabida para pretensiones; lo fútil se avinagra y
la dicha pálida de mis mañanas se contorsiona en moribundos caracoles
plasmados al ventanal.
La cordura juega ajedrez en el limbo, se desplaza sigilosamente sobre el tablero
dicromático, geométrico y sombrío; lucha con garras fieras la victoria
empedernida; más no puede ganar, no debe ganar; ¿contra quién aferras
tu ímpetu y furia, despampánate cordura pardusca, cargada de gusanos y
parásitos, hija pródiga del entumecimiento?, contra la sangre de mis encías
no tienes compasión, y te desfiguras en la batalla campal.
Más has de saber que mi gruesa boca clama púrpuras besos, destruye con
saliva los monumentos a los viejos muertos, olorosos a olvido. Y mi coraza
hecha de pétalos y espuma, se abre al alba con encanto de croares pantanosos,
con ácido y rosa; con caricias todas hechas de plata y con ballestas
cargadas de trigo.
La locura libera la vida de los muertos en vida,
Líbranos de todo mal,
Amén.
Más es menester mirarla como se mira a una puta; con admiración y melancolía.
-Jorge Lukó

Copas de sangre
Entre todos los pasadizos siempre elijo el más oscuro
Que inevitablemente lo incendio de luz.
La chispa es la intriga de un cuerpo en cuestión,
Ser farol en un mundo de polillas me aterra;
No quiero sentir más sus choques, no quiero ser destino
Ni menos mancharme en las aguas.
¿Pero acaso puedo escapar del preescrito circular,
Del irremediable fallo, el mosaico ensangrentado?
Las preguntas, estas preguntas, me dan tiempo.
Artífices de fuga, diluye-culpas,
Mientras pregunto esta luz sigue jalando gatillos.
Disparos y destellos, frescas heridas.
Aunque la sangre escurra, la muerte concebirá
Un nuevo sorbo de vida. Delicada y reluciente vida.
¡Sólo me entenderá quien brinde con sus propias lágrimas!
¡Castíguenme sólo los ebrios y los muertos! ¡Gritos sin aire!
(Sé que te excitan las jaulas)
Indómito crecerá el reposado y enigmático deseo.
(Me derrito junto a las cuatro paredes)
-Traver


Sensación multidimensional
...Mi último recuerdo de aquel día, noche, año, siglo o segundo fue
“¿Dónde estás maldita realidad que no te encuentro?”
Ayer sufrí, mi mente explotaba, cubría y sentía todo el movimiento del
mundo a mi alrededor, oscilaba. Las punzantes sensaciones en mi cráneo
me hacían tambalear, dudar de mi existencia. Además creía tener el problema,
estaba intentando escapar de mi cuerpo. Me movía -pese a estar estático,
petrificado, en el mismo lugar de siempre-, me mecía de lado a lado, no
había lugar donde poder quedarme quieto.
Menos mal estabas ahí, menos mal no te movías pues sin ese apoyo visual
de seguridad de seguro se rompía el cordón umbilical. Los dolores no eran
de éste mundo, tampoco tan severos como puede sonar, eran distintos,
extraños e irreales. Tenían sed de esencia, tenían el favor de que yo estaba
indefenso, miedoso y espantado. Más allá que acá. Más en todos lados, pero
en ninguno. Ficción, únicamente ficción...
Hoy pienso que fue como si estuviese en una batidora, donde mi mente, o
capacidad de reflexión (¿¿dios??) se revelaron frente la pobre y débil estructuras
de mi concepción de realidad. Como el serpentear de un dragón
antes de escupir lenguas de fuego, esa contracción inexistente pero de alta
intensidad, aunque claro que no escupí fuego pero pensé fuego, sentí fuego
y obviamente -aunque ahora parece obvio- sólo era un reto de mi yo en el
tiempo (elija usted si pasado o futuro) que me obligaba a dormir. Y ésta era
la razón por la que no había medicamento ni receta posible para calmar el
dolor; sólo había que dormir.
Lógico si es la existencia de la mente, la materia hecha cuantos o el pensamiento
el que yace en su mayor virtud y esplendor en el sueño. Es ahí
donde manejamos el tiempo (elija usted nuevamente si pasado o futuro)
donde vemos el porvenir, el devenir y el vivir...
“Consigue las huellas pues son la estructura del presente, es decir, del futuro…
y viceversa”
-Ele A!


Momento particular impreciso
Estoy sentado sobre un balde de pintura cualquiera observando fijamente el
palo en frente de mis narices. Alado, sostiene la pita que sirve en las tardes
de sol para colgar la ropa. En mi mano derecha, un tabaco se consume lentamente
entre suspiros, recuerdos y ansias de olvido.
Sé que detrás de mí, sobre los vidrios del ventanal, escurridizas arañas
acompañan mi soledad. A un costado en el joven pasto, sé también que
desfilan uniformemente familias enteras de hormigas. Y cuántos seres vivos 14
más se percatarán de mi desinteresada presencia. Qué ganas de hablar con
aquellas inciertas vidas que no cumplen con angustia y peso la condenada
sociedad. Yo sólo tengo mi lápiz y papel; y la escritura que, entonces, se
convierte en la única vía para no morirme de una sobrecarga mental-pasional.
-Anónimo


Somnium
Yacía mi cuerpo sobre mi respectiva cama.
Mi alma, somnolienta, fue quien de seguro lo impulso a echarse en esta
hora muerta de la tarde.
Mi figura hallábase recogida: mi brazo izquierdo entre mis rodillas y mi
mano derecha sosteniendo ligeramente mi liviana cabeza.
No tardé en sumergirme en un no tan profundo sueño. Me ubicaba extrañamente
entre estas dos dimensiones espacio-temporales tan aludidas
socialmente: la onírica y la “realidad” propiamente tal. En un comienzo,
pequeñas escenas borrosas nacían y se desvanecían en la imagen, inconexas
y superfluas. Poco a poco, estas dichas escenas emprendieron un cierto
ascenso hacia lo tangible, es decir, que podía reconocer con más claridad
las situaciones y los contornos que delimitaban la ilustración. Cuando
súbitamente adquiría cierta conciencia de mi posición dentro de estos
mini sueños desvinculados, mis ojos inevitablemente se despabilaban y me
encontraba nuevamente en mi habitual pieza. Se volvió casi como un juego:
aventurarme en un mundo, hasta entonces, “irreal” y desconocido y tratar
de tomar las riendas de esta engañosa y virtual dimensión.
En un ya estipulado ir y venir, me acordé de una enseñanza desprendida del
libro de Carlos Castaneda “Viaje a Ixtlán”. Decía Don Juan, un brujo yaqui,
que para arreglar los sueños debía uno enfocar en nuestras manos, los ojos
y de tal manera renovar la energía y el poder necesario para soñar lúcidamente.
Ante tal espontánea rememoración, me zambullí nuevamente en
una alucinación presto a controlar mi narcosis. No demoré en darme cuenta
que una vez más estaba soñando y me apresuré en alejarme de la escena
que me envolvía y enfocar fijamente mis huesudas manos.
Una desgarradora vibración advirtieron mis rodillas y mi mano. Mi cuerpo
totalmente inmovilizado. Pensé que era mi celular pero reparé de inmediato
con la memoria que lo había dejado sobre la mesa. Tres zumbidos y la 15
oscilación subió a mi pecho. Mi corazón quería escapar de su caja torácica.
Me agité. Inmediatamente, mi mano derecha se percató de un pulso incontrolado
brotando de mi sien. Fondo negro o blanco, no supe distinguir.
Toda la pieza vibró, gritó y vivió. Un portazo seco y un grito grave y profundo:
“¡No!”. Definitivamente, desperté. Aún sin poder o querer moverme.
Las mantas sobre mi cabeza, mi conciencia dudosa. Moví lentamente mi
mano derecha y destape mi rostro. La luz afectó ligeramente mi visión. Me
incorporé y “mierda” me dije o me grité. Otro mundo había atisbado.
-Thor


Pio pio
Escucho tu voz, humano
tus pasos humanos
tu escandaloso andar.
Te escucho de lejos
y no puedo dejar de percibirte.
Siento tus dudas humanas
tu incomprensión del medio
tu no-saber humano.
Estás perdido humano
te abandonaste en las calles humanas
dejaste de lado tu lucha
te hundiste en la apatía humana.
Y ahora caminas
con tus piernas humanas
con hastío y languidez.
El sol pega en tu mundo humano
que cubierto por trapos no humanos
muere lentamente.
Tus ojos humanos
pierden su brillo humano
y se someten 17
a la incorriente humana.
Se turba el agua
se corta el viento.
Lágrimas humanas
manchan el irremediable fallo.
¿Acaso has pensado en tu futuro humano?
¿Cómo te ves?
¿Te lo humaginas tú?
-Thor


Mujer
Retraída mujer, el reflejo de un sol permanente ha ocluido tu sagrado espacio.
Se ha disecado el panal. Seguro no recuerdas el día en que sentiste por última
vez la colmena entrar y salir de tu habitable cuerpo.
Excluida materia,
ni las sombras son francas sin tu sostén
ni el sonido tan oportuno sin tu cálido murmullo.
¿Quién te amenazó tan bruscamente? ¿Quién azotó tu infinita gracia
sin podrirse por completo? ¿Quién tejió tan gruesa ilusión como para
olvidarte?
Madre, madre nuestra,
oculta estás para protegerte
invisible te has hecho para un mundo tan lleno de ojos, más te he sentido
escabulléndote en todas las pieles.
Eres la voz de lo inmanifiesto, una canción que me susurra dios
la palabra que acuna el sentimiento.
Madre, mujer, en el fondo te recuerdo; te llevo
te recuerdo a pesar de las cancerosas telas con las que te han arropado el
vientre
te recuerdo a pesar del carnaval de cruces y otros símbolos que se interponen
entre nuestras veredas
te recuerdo aunque me cueste
la misma lepra que te diagnosticaron,
el mismo filo con el que te deforestaron,
o el fatal envejecimiento al que te condenaron ( y al que invito a cuestionar)
Profunda inocencia,
incubas el silencio y lo ramificas con tus mil manos
hasta cada músculo, hasta cada órgano:
Contigo circula el secreto de un sol a otro, de hijo en hijo, y así te multiplicas.
Por eso te encontraré, madre, porque dejaste un mapa en mi cuerpo que no
es más que el tuyo y el de todos.
Te encontraré porque a pesar de que te tildaron de prostituta,
que te mutilaron las manos y los pechos,
no abandonaste en ningún momento,
ni pensaste siquiera,
en desaferrarte de los lienzos de aquel columpio con los que trenzaste la
pendular existencia.
¡Amada Mujer! Es tu trenza mi señuelo para llegar a ti,
porque te hiciste con invisibles hebras que te atajan a pesar de todo y que
son imantadas luciérnagas para un prematuro corazón con núcleo de hierro
como es el mío.
Madre mía, has vuelto a ser creencia en mí, por eso sé que te encontraré,
porque desde ahí te crearé una y otra vez hasta rehacerte.
Por eso sé que te encontraré.
Mujer, te encontraré
para honrarte y para alzarte hasta donde tu poder alcance su debida magnitud:
la infinita integración.
Mujer, ya es tiempo que nos liberemos
como especie,
de tu miedo
para que abunde, de una vez por todas,
la miel en el panal
Mujer, ya es tiempo que te incorpores en nosotros los hombres,
por que por más que te dediquemos la portada de todos los libros
la verdad de la historia universal,
la inmensidad del cosmos,
o la más avanzada de las tecnologías,
no hemos sido sino nosotros,
los artífices de tu exilio de la conciencia universal.
Yo mi vida estoy dispuesto a sacrificar para que regreses mujer, Madre 19
Tierra,
antes de que además de la carne,
se nos pudra el espíritu.
Mujer, ya mucho tiempo te has inclinado,
privándonos de la totalidad de tu primaveral estela
privándonos de mirarte a los ojos.
Mujer, no esperes más y levántate hasta encontrar nuestra presuntuosa
boca,
y mantenerla callada con un beso que dure toda la eternidad.
-Diego Huberman


Estos días
Este tipo de días, de momentos en que me detengo,
Solo me aleja de la ceguera y aquello:
Pasos que huyen de la sombra,
Que caminan sin saberlo,
Que mueren sin creer que se puede
Resucitar.
No lo saben los pasos,
Y por eso están estos días,
Para calmar la velocidad despreocupada
Con que los pies se mueven,
Para iluminar.
Para, bajo el pleno sol, caer.
Morir.
No hay lugar en el cual se pueda.
No hay madre ni padre, no hay madre.
Alejarse de esta ceguera para ver la sombra de las cosas,
Que no es lo mismo, pero es igual.
Despegarse de esta vorágine y lanzarse a un vacío incierto
Y seguramente aburrido.
La noche se avecina cuando él permanece,
Cuando aún no se ha ido, cuando sigue viviendo.20
Y si deseara que se fuera, con toda esta mala suerte tras sus pasos,
Con mayor fuerza se anclaría a todo.
Pero soñé que se marchaba, lo juro.
Quizás, sin embargo, no fue solo un sueño.
Fue más que eso.
No lo sé… abandonaba todos los mundos y a disposición de la alegría,
A todos estos días manchados de cansancio y detenimiento.
Y el sueño es aquella que crea o destruye o cambia la realidad despierta.
Además no ha sido solo eso, porque en estos versos
Él ya ha emprendido su viaje.
En estos días, la otra mitad tampoco llega a llamarme.
Casi nada lo hace, aunque quizás sí lo que está acá, aquí, allá:
Lo que se halla tan cerca pero tan lejos de mí.
Cercano a mis ojos y lejano por el espacio absurdo que produce
Esta ceguera.
No hay lugar al cual huir. Y no lo habrá
Mientras no cierre los ojos.
No habrá nada mientras no me conceda estos días.
-Chicha Ruidosa


Errante
Los pasos del anciano viajero se detienen en silencio,
la eternidad del alma descansa sobre su pescuezo,
la claridad del misterio hace de sus labios secos,
un sendero sin regreso,
el tiempo relativo como el viento aclara el cielo para salir de este potrero.
la luna romántica palpita sobre su pecho,
siendo esta quien calma las ansias de bañarlo en la ignorancia.
“Oh tenue luz en la oscuridad encaminas mis sueños tan vilmente a las
arpas de la cotidianidad,
solo espero no volverme a cruzar por esta cruel ciudad”.
El viajero conoce esos besos,
son la esencia viva de vuestros desvelos.21
El arco iris se levanta y la lluvia ya descansa entre los brazos del sol.
Viejo caminante, perdido personaje,
hábil trashumante,
es hora de volver a caminar,
es hora de volver a volar sin buscar atrás,
es hora de cantar tu libertad.
Arlecchino


Realidades
En tensión la familia se encuentra reunida. Los 6 apretados en la pequeña
mesa escuchan atentamente a sus padres… “Queridos, tenemos que darle
una noticia. Viene otro hermano en camino”.
Los más pequeños reían pensando en que sería más divertido, alguien más
con quien jugar.
Los más grandes sabían lo que en verdad ocurriría. Uno de ellos debe irse
de la casa, o sino la situación sería insostenible para todos…
Los niños comenzaron a jugar e imaginarse al futuro hermano.
Los grandes se miraban entre ellos, entre felices y nerviosos, entre tristes y
ansiosos. Los padres se abrazaban, y mediante sus manos se transmitían la
incertidumbre y las ganas de llorar.
Que tristeza que al buscar el placer (uno de los pocos que conseguían),
mediante su intimidad, conlleve a alimentar otra boca, y ver partir a uno de
los suyos.
Los días pasan, y el mayor llega diciendo que consiguió trabajo, que vivirá
con un amigo. Los padres se abrazan felices y gastan unos pequeños ahorros
que guardaban bajo el gastado colchón, en hacerle una despedida.
En la noche ven partir a su hijo.
Lo despiden entre risas y lágrimas llenas de dudas.
Vivió donde un amigo. Pero el tiempo se le acabó.
Durmió donde otro.
Hasta que se quedó sin amigos, y sin hogar.
Miedoso de volver a su casa, prefiere dormir en la plaza bajo el banco. El 22
primer día de muchos.
El día es caluroso, pero concurrido. Se sienta bajo la sombra de un cartel.
Toma un vaso de plástico y empieza su carrera laboral.
Los días pasan.
Cansado, con sed y muerto de hambre, cae rendido ante las puertas del
sueño. Se desliza más al borde contrario de la calle y queda bajo una ventana,
de la que fluye una música ruidosa, acompasado en felices melodías.
El mayor, sueña que está con su familia, que es pequeño y todo parece simple
y feliz.
En la casa de la que emerge la música celebran un ascenso. El celebrado ya
lleva el cargo siempre soñado.
Entre el despilfarro de dinero, comida y agua, entre las capas de risas conversaciones
y música, se escucha algo casi inaudible, un ruido intangible se
oye fuera de la casa. Tan imperceptible, que no es importante.
Se escucha entre los intervalos de conversaciones sin ritmo.
Entre las risas y los choques de las copas.
Entre el sonido de los celulares y preguntas burdas.
Los sollozos de alguien que recuerda y sueña. Que abre los ojos, tiembla y
llora.
Tempi


Smooth love
Y es que prometo amar
y que para cuando de idioma corporal se trate,
se desnudará más que la piel
sin intenciones que aten
y a tus colores y dolores seré fiel
se desnudaran las emociones
pues derretiré los muros y los miedos
dejando libre el paso a un verdadero puente en los corazones
y recorriendo sutilmente con los dedos
el aprendizaje del cuerpo en mil revoluciones
no amaré por llenar vacíos
ni escapando de algún sufrir
o incluso.. de mí
pero los caudales secos se llenarán de río
avivando el paisaje interior
dejando atrás el mundo interno de dolor
comenzar el aprendizaje
reinando el nuevo mundo creado por les dos
bajo el instinto salvaje...
Cassiopea

Delirios, o El Caldo de Cabeza
Las realidades son subjetivas, lo subjetivo por lo tanto es falso. La verdad
es el contraste de la falsedad, pero lo falso es la verdad que vivimos.
Pero, ¿qué es lo falso?, ¿es algo falso lo mismo para un perro que para un
humano? Entonces es un constructo individual y a la vez colectivo. Algo
falso se basa en un contraste de una realidad antes pensada, que no resulta
ser tal a la percepción del individuo. ¿Pero esto se aplica solamente a los
seres pensantes? ¿que tengan la capacidad de la creencia-espectación-realidad?
¿Entonces, como puede ser algo falso si no es algo general?, ¿cómo puede
ser algo verdad si la verdad es subjetiva y una ilusión?
Todo es insustancial. La realidad la creamos nosotros y al ser creada es
modificable, y al ser una “realidad” es falsa. Todo es impermanente. Nada
dura para siempre; toda percepción de la realidad es efímera e inconstante.
Nada es eterno, por lo tanto, una verdad no lo será para siempre, por lo
que será falso.
Todo es vacío. Porque nada es real y falso, por que nuestra percepción e
inteligencia nos hace creer que algo tiene un significado que lo envuelve
en un todo. Por que no se puede conocer algo tan extenso como la vida y
por que la vida al ser tan corta no tiene un propósito. Y si llega a tenerlo,
ese propósito es falso.
Tempi.


Don error
La arrogancia mató el don,
se cansó de tanto forcejeo
y de que nunca le pidieron perdón.
De vivir acorralado,
empujado, encadenado al suelo
por la razón.
Por intentar ser cotidiano,
por prestar su cuerpo y sus manos,
por ser engañado por quien mira,
por el observador.
“No puedo vivir en un metro cuadrado
no tengo espacios,
para los verbos, para la acción.”
reclamo mientras colgaba
del cuello el señor don.
Sin cielo, ni consuelo
se durmió su última emoción.
Su último resuello de lobo jadeante
mostrando al paso, cuan cobarde
es la arrogancia, si muere el don.
“El error no es que me plazca
usar tu cuerpo, forzar tu tiempo
reír de ciertos miembros
sin tu permisión”
lloró agónico y con ansias,
pero no se rindió,
y así exclamo la arrogancia:
“¡Yo soy tu sombra,
yo soy tu tos,
tu me creaste,
yo soy tu forma de repulsión!
¡Yo soy tu miedo al mundo ajeno
a tu falta de comunicación!25
No eres sincero
juegas al azar conmigo
y con tu voz,
tomo éste espejo para que veas tu castigo,
inseparables, somos uno...
¡No somos dos!”
-Lak Ant


Negación
Quedamos en juntarnos en la Quinta Normal, como siempre. Yo pensé
que sería una tarde de parque, de mirar el cielo, mirarnos a los ojos y
sonreír embobados. Yo pensé que él me gustaba.
Cuando llegué al parque, él me vio, sonrío como siempre al igual que
yo, y nos sentamos en el pasto, a mirar el cielo. Hasta aquél momento
todo transcurría como yo pensaba; nos faltaba mirarnos a los ojos y
sonreír embobados. Y pasó. Estaba entonces feliz, dichosa de creer que
estaba enamorada y mirando al muchacho como si fuera el hombre
más atractivo del mundo. Cosa que no lo era, obviamente. Ni estaba
cerca.
De pronto me preguntó si quería acompañarlo a buscar un cuaderno
(o algo así) a donde él dormía. No era su casa. Era un ex cibercafé de
su abuelo que se convirtió en un cementerio de computadores y, al
fondo, había una pieza muy pequeña en donde yacía una cama y estantes
con cuadernos. Se quedaba allí en la semana, ya que le quedaba
al lado del colegio (él iba en el INBA). Era entonces como una especie
de casa, pero con solamente una pieza y un precario baño. Le dije que
bueno, que no nos demoráramos mucho.
Llegamos al lugar; olía a viejo y era muy tétrico con estos computadores
llenos de polvo en todos los rincones y sin iluminación. La pieza
era minúscula; efectivamente solo tenía una cama ya que no cabía
nada más allí. Nos sentamos en la cama y el empezó a buscar su cuaderno.
Yo miraba curiosa y pensando que no tenía que tener prejuicios, que
era un lugar acogedor aunque no fuese muy bonito.
Encontró su cuaderno y me miró. Empezamos a darnos besos.
Luego de un rato la situación se tornó más adulta. Yo tenía trece años. Él
quería, yo no.
Sin embargo, no pude pronunciar la palabra ‘’ no ‘’, no salía, no me acor
daba de cómo decirla, simplemente comencé a llorar mientras el intentaba
transformarme en una mujer.
Pensaba, mientras miraba aquél techo y esa luz colgante sin lámpara, que
quizá era muy pequeña, que tenía miedo, que no sabía lo que estaba haciendo,
y que me dolía muchísimo.
Luego nos fuimos, yo lo abrazaba, confundida, sin saber si lo quería más o
lo odiaba por lo que había pasado.
Nos despedimos en la estación de metro y nunca más lo volví a ver, ya que
aquella misma tarde, luego de procesar lo que había sucedido, le dije que no
quería seguir con él, pues no le importó que yo llorase a su lado mientras el
seguía en lo suyo. Había sido egoísta, y yo había sido muy ingenua.
Lo peor del asunto fue contarle a mi madre; lloró y yo lloré pidiéndole perdón,
esperando que aquella vez no fuese considerada ni recordada por mí,
ni por nadie, cómo mi primera vez.
Eiti Leda


La gata negra
(Una gata negra cruzó mis dudas.)
Caminaba sin prisa aparente, mientras la calle permanecía extrañamente
deshabitada: no volaba ni un sólo petulante pensamiento, a excepción de
los míos claro, que inevitablemente inundaban el pasaje con grises tonalidades.
La gata negra transitó a mi lado, y si bien estaba distante, se mantenía atenta
a cualquier movimiento ajeno. Se paseaba entre las penumbras quejumbrosas
del nublado atardecer, apareciendo y desapareciendo con elegante
deambular. Seguía concienzudamente mis pisadas y yo al percatarme de
su iluso interés, me detuve y le cuchichié para que se acercara. Pero la gata
quedó perpleja, y noté de inmediato en su fijo mirar, una atestada inseguridad
y un asombro innato. Y en esa tensa y cauta interacción de miradas,
nos mantuvimos alertas.
Cuando di un paso hacia ella, la gata dio una pequeña marcha atrás (sin
nunca romper los hilos que unían nuestros ojos). Decidido a esperar, me
senté lentamente sobre mis tobillos y sin moverme ni un centímetro, clavé
mi mirada en la suya con brava cortesía.
La gata negra, percatando mi paciente e inusual actitud, se acercó paulatinamente
hacía mí, como si cada pisada fuese un aliento alimentando su
valerosa intriga.
En cosa de minutos (que para mí fueron eternos), la gata se ubicó a tan solo
un mísero metro. Con delicadeza, extendí mi brazo y mi palma, con afectuoso
y manso aprecio.
La gata, en un principio levemente sorprendida, arrimó su torso y luego su
cola entre mi brazo colgante. Después, con natural confianza y desenvolvimiento,
apoyó sus finas patas delanteras sobre mi pecho, dejándose acariciar.
Su pelaje era de una sedosidad caprichosa y en pequeños movimientos controlados,
se entregaba afanada a mi ternura.
Y en ese lindo y mutuo arrumaco, ocupamos la ya oscura y siempre vacía
calle.
(Pero sólo momentáneamente, pues, ambos seguimos nuestro incierto
camino, sin nunca mirar atrás.)
-Thor


Día con sol
El agua en calma
anuncia mi débil presencia
en su reflejo inhóspito
a su vez las nubes
se sumergen al fondo
junto a mis pies
colgando del muelle
con soltura pedante
corre la tarde
un perro se acerca
pero distingue y para él
mi presencia no es grata compañía
vuelve a esconderse
en las escandalosas zarzas
la ciudad río
es lejana e intimidante
con tenacidad se enfrenta al sol
como a la lluvia latente
todos sus días
se desplaza insólita
entre la bondad del universo
silenciosa, solitaria, inocente
e irremediablemente agónica
bajo el porfiado sol de octubre
Me cautiva su acelerada calma
Atardecido
Puedo robar de ti
Ese pistilo increíble que se esconde
En tu vientre asoleado
Mientras surcas la calle
Sin recibir aplausos ni alabanzas
Mientras el sol te arroja
sus humildes bondades
De tus ojos nace un brillo
Tan infinito
que opaca al agónico astro
Sometido eterno
a su cárcel de nocturno silencio
Cuando tu inocente belleza
Se desplaza con orgullo silente
Entre estas calles moribundas
Mañana apenas despierte
Amarro tu flor al cielo
Azul camino
Para plantar donde es debido
Tú divina raíz de estrellas
Cito

Éramos dragones
Éramos dragones, esos reptiles milenarios que habitaban las cuevas del pasado.
Nuestro nicho era absoluto y nuestros suspiros bañaban los recovecos
más incógnitos de nuestra tierra. Vivíamos entre piedras y cielos, y la paz
era absoluta.
Éramos libres, y nos abstraíamos entre los fuegos y la justicia. Rugíamos en
las horas muertas del crepúsculo para nutrir el espacio mudo, para despertarnos
vivos y conectarnos en armonía con nuestra madre iniciadora.
Éramos fuertes, imparables y valerosos, nuestra patria era el origen sereno
de la diosa Maga. Ella era inspiración, engendrada del eminente y más
puro amor. Era la Tierra, y en cada paso que dábamos, nos envolvía con su
plenitud.
Pero la guerra, injusta, llegó a nuestras vidas.
Fuimos monstruos, aborrecidos en nuestra sincronía y danza, enemigos
del bien común. Fuimos cazados, perseguidos, malditos, repudiados... La
masacre fue eterna y sangrienta, irrumpieron nuestras moradas, y nuestra
ley, a punta de lanzas afiladas y espantables gritos de aliento, se deshizo en
la fugacidad del momento.
Querían la Tierra. Querían acaparar nuestra preciada Tierra.
Y cuando vinieron por mí, me sentí muy poderoso, iluminado. En mi plexo
confluían las energías ancestrales, la rabia desatada por mi familia muerta y
particularmente, la pasión por mi diosa creadora.
La pugna fue densa. No bajé en ningún momento los brazos y me llevé a
muchos al olvido. Pero aún así, no podía escapar del irremediable presagio.
Las flechas atravesaron mi cuerpo y con la cabeza en alto, caí lacio sobre
las piedras. Se escucharon clamores en festejos, aullidos de alegría. Mi raza
había sido exterminada...
(...)
Muchos años después, un día 15 de marzo, volví a nacer. Sólo que ahora, yo
era uno de ellos...
-Thor


El día que aprendí a llorar
Qué poder el que existe dentro de una mirada
El que es expresado y no puede hablarse
El que es gritado sin ser escuchado.
Dentro del viaje, el tiempo nos guía entre diferentes secuencias
Nuestro tiempo que resguardamos para luego olvidarlo.
El pasado, el presente, el futuro.
Caminan los días, sin buscar detenerse,
Lo efímero es notar entre ellos, su capacidad y su virtud.
Aquel sonido, aquel murmullo, aquel delirio.
Todo recae en las alcantarillas
Todo esto que no posee un nombre
Todo aquello que debe ser olvidado
Todo lo que no necesitamos.
Esta risa, qué risa,
Te gustaría guardartela y enmarcarla,
Es tu símbolo de empatía, y empatía con aquellos
Tanto desprecias esta risa obsoleta
¿Para qué escribirla y describirla?, ¿para qué con letras?
Aquel sur que te acoge y te corrompe
El bello sonido de seres danzantes al compás de tu techo,
El cielo circular y perplejo frente a nuestras distintas acciones
Nuestras uñas mal cortadas
Nuestro caminar sudoroso
Nuestros ojos endemoniados
Seguir sobreviviendo es nuestro juramento
La almohada vecina
No todos poseen ese privilegio
No todos la han encontrado
Muchos la prohiben
Yo, por mi parte, respiro en ella.
-Anónimo



Entregadas a una causa suprema, viajan las chispas por el firmamento, sin
peajes ni cuotas de interés. Ella es de fuego, y el viento en cierto sentido,
marca sus pisadas hacia un incierto rumbo cósmico. Ella nace, es libre y
muere, sin temor alguno al recelo de sus pares. Linda y caprichosa es su
esencia, que sin querer, arrasa la más fina línea de la coherencia.
Y además me exige sutileza, como si sus rayos se tratasen de gritos violentos
pintados con fino pincel.
Son mini proyectiles, fuegos artificiales, maestras de la soberbia.
Lejana, me entretiene en mi pausada cortesía que observa las alturas de su
vida (imaginación).
No hay apuro en el deleite que aflora en mi desinteresado (y obligado)
pausar.
-Elías Roth


Soneto del símbolo perdido
Tú, flor silvestre, musa del pasado
Dime cómo amar, si yo nunca he amado.
Ven junto a mí y estrecha tu cuerpo hacia el mío,
Que nuestras miradas quiebren, el tímido vacío.

Acaricia mi alma, roza mi rosa
Fugaz bailarás, tal cual mariposa.
Ya si de la vida, buscas escapar
Surquemos juntos, este incierto mar.

Más será mi desdicha si sola te vas,
¿En el olvido, me estacionarás?
Lejano e incompleto yo viviría,

Por no robarte el beso mientras llovía.
¡Oh gitana! Serpiente cazadora,
Sabes tú, ¿si acaso la piedra llora?
-Elías Roth


Sales
Sal del desierto
pero
Si quieres sal, sal ten.
si en el vías del anden
se encuentra el zar, ven
rápido, corre pero ven.
Toma el sartén por donde quieras,
el mango no está caliente
pero aún así te quemarás.
Después de eso, en su cama
despertó con un aroma a mugre
polvorida, con un poco de pimienta y sal.
Solo era el sol que entraba por las cortinas
que con el calor luminoso se fue
pues al cerrarlas siguió durmiendo.
-Ele A


Florecer
Olvido los desastres cuando estás al lado mio.
Pero no de aquellos olvidar de ser inconsciente, porque la consciencia es
una de las cosas que más me impulsan.
Si no, más bien, que el dolor que me provocan éstos desastres queda embalsamado,
apaciguado.
Como en segundo plano.
Soy completamente lúcida al respecto, pero no padezco.
Gracias a ti, y a esos brazos tuyos.
Olvido los desastres cuando estás al lado mio.
Pero recordamos juntos los engaños, la maldad, las injusticias, las verdades.
Nosotros soñamos juntos con un mundo mejor, donde un lamentarse ya no
sea concepto conocido, donde los niños corran por las calles, con sonrisas
pintadas en sus rostros, porque el amor florece en cada esquina, de cualquier
manera.
Él florece libre, sin esquemas, ni géneros, ningún tipo de atadura, ningún
prejuicio.
Donde la indiferencia desapareciera, produciendo con la huida de esta desventurada,
que a un trovador se le sostenga la mirada, se le sonría y aplauda
en la calle, en la micro.
Ocasionando que no se maltraten más animales, que la gente recicle. Que el
mundo convalezca, renazca.
Que éste sonría. Soñamos con un mundo excarcelado de lo que hoy nos
hace regalar lágrimas, en lugar de alguna risa de sabores dulces.
Olvido los desastres cuando estás al lado mio.
Como si el mundo fuera nuestro y el tiempo no existiera.
Como si cuando me asomara a tus pupilas, pudiera sostener con la mayor
seguridad que todo fuese de un material suave y volátil.
Quizás es porque de a poco he terminado perdida en tu mirada.
Quizás es porque, de a poco, sentir tu piel es la caricia más suave.
Porque darme vuelta y caminar en sentido contrario al tuyo es lo último
que desearía hacer.
Quizás es porque cuando lo hago, de a poco;
Un pedazo de mi se ha ido quedando contigo.
Lunnurian


Cadena perpetua, o no
Hace tiempo que estuvo ese niño atrapado ahí, delante de todos esos espejos-celda,
sin más compañía que una grotesca cantidad de reflejos suyos.
Más de alguna vez intentó contarlos, pero perdía la cuenta siempre antes de
llegar al último. No eran personas de fiar, siempre estaban mirándolo con
mala cara.
Naturalmente, el niño nunca había osado tocar esos sus límites. Permanecía,
de hecho, siempre al centro del lugar (que como ya habrán imaginado,
era cuadrado). Pero cierto día, que recuerdo como si no hubiera sido
nunca, rompiendo en llanto, se atrevió. Como era de esperarse, no logro
tocarlos, sino que pasó a través de ellos.
Cuento corto: hace tiempo que sigue ese niño atrapado ahí, detrás de todos
sus espejos-celda, sin más compañía que un solo e infinito reflejo de su
libertad invisible.
-Mandu


Intronexión
FUEGO
En silencio, miro detenidamente al fogón.
La llama es firme y constante, bella por sí misma. En armonía, arrasa y
persiste en la caótica fuga.
Baila, salta y mueve sus ejes en ritmos minuciosos y descontrolados.
Amarillo gritón, rojo tibio, invisibilidad del medio.
Mi corazón no se agita, no acompaña la sincronía. El reluciente es diametralmente
alejado a mi poder.
Pero larga es la paciencia de mis dudas: cruzo los ojos y me apunto al mensaje.
Líneas vuelan hacia el espacio y se apoderan incendiando mi razón. Y
como no han de hacerlo, es FUEGO.
La inquietud amiga (?) es la respuesta de mi inescapable realidad...

AGUA
Siento el contacto absoluto y me inunda una insolente paz. Paz ajena, pasajera,
oriunda de las corrientes que brotan de las montañas, que emergen de
los sueños y que cubren el esférico nuclear.
Pulcritud y vida; amiga de la historia.36
Puro es el poder que fluye por mis venas, que me renueva y me regala un
sorbo vitalicio.
(Irresoluto titubeo)
Sin embargo, la orilla está explícita, impecablemente delineada. Si, descuidado,
la atravieso, no estaré en mis anchas y me ahogaré en el olvido y la
enajenación.
Mi centro pertenece a otro lugar...

AIRE
Viaja sin frenos, sin reglas ni patrón.
¡Y qué libre y hermoso es su volar!
Surca los parajes más recónditos,
y como el rugido de un león,
se deja escuchar.
Es el AIRE quien respiro,
el que a la máquina hace funcionar,
en el que en viento se transforma
para mis tensiones liberar.
Es mi amigo,
mi simpatizante elemental.
Pero no me nutre,
es externo a mi animal.
Junto a él, estaría perdido
desorientado sin más.
No confluye su andar con el mío,
ni el sentido de su violenta paz.

TIERRA
Me abrazas y despacito, me susurras con pasión.
Linda y dulce madre TIERRA, qué tibio y delicado es reposar en tu seno.
Inocentas mi abstracción y me extrañas del sí. Contigo vuelo, contigo vivo,
subo, bajo, sangro, sano, me elevo y vuelvo a caer. Vinculación y magnificencia
terrenal.
Linda y dulce madre TIERRA, soy tu loco enamorado, tu admirador afanado.
Contemplarte, para mí, es inspiración, es renacer en la mirada y perderme
entre tus infinitas curvas.
Es conexión esta vibrante calma que nos enreda sin escrúpulos ni pre-37
juicios. Sin miedo, me hundo en ti...
Y vacío me resuelto con tu ausencia, mi cuerpo se rige, mi pulso se obstruye.
Ásperos y amargos se vuelven los días sin ti. Opaco andar. tediosos
lamentos. Necesidad, necesidad, necesidad...
Linda y dulce madre TIERRA, eres mi tierna y eterna amante, rosa de mi
desierto elemental. Eres la única que aflora en esta PIEDRA necia.

PIEDRA
Que no crece ni germina que no muere ni hace vida. PIEDRA que no es
fruto ni semilla, ni sangre ni herida, ni vacío que se olvida...
Soy la PIEDRA omitida por los cantos de los mundos.
Soy la PIEDRA muda.
Soy la PIEDRA inculta, incierta, oscura y torpe.
Soy la PIEDRA secreta...

(intronexión)(intronexión)(intronexión)(intronexión)(intronexión)(intronexión)(intronexión)
(intronexión)(intronexión)(intronexión)(intronexión)(intronexión)(intronexión)(intronexión)
      T.                 E.R.                Arr.           Em.R.           Anth.               Tun.             I.



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