El cigarrillo que más se disfruta es aquel que se consume
lentamente antes de caer en un sueño profundo. Es el equivalente a la
realización de ese deseo que nos lleva lentamente, como si de un acto sexual se
tratase, a matarnos. No existe nada más terrible que el tedio, ni nada tan
mortal como la vida misma. Nacimos, vivimos, morimos. Y sin embargo, nuestra
vida se reduce a actos de suicidio. Aquel que vive más tiempo es el que menos
hace, sin embargo el que más vive es aquel que más participa. Porque vivir más
no significa llegar a los ochenta sano como una lechuga y preguntarte que has
hecho con tu vida. Vivir más es hacer más, y hacer más significa,
inevitablemente, morir más joven. La vida mata.
Pregúntale a tu Pepe Grillo. Probablemente te dirá que haces
bien en medirte, en controlarte. Te dirá que comas sano, que no tomes mucho, y
que por nada en el mundo se te ocurra caer en la tentación del placer fácil que
proporciona la droga, el sexo casual, o simplemente el ocio. Es más, lo más
factible es que ese pequeño insecto esté hablándote ahora mismo, endulzando tu
oído con palabras dignas de un santo varón. Te estará diciendo que este texto
es basura escrita por un idiota con insomnio y problemas de infantilismo, que
debería estar estudiando en vez de escribir esta mierda. Bohemio, músico, y
revolucionario de papel.
Rosecin
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