12 de abril de 2014

Las mariposas

Tengo una pena, que no es pena.
Pena que duele, pena que mata.
Es la quietud de la hoja marchitada, de la soledad evaporada, de
las vírgenes inmaculadas.
Soy Mujer y lo merezco.
Por tener vagina y hambre de sexo.

Esa es mi pena mujer, la sangre pisoteada.
Cubierta con lágrimas de ayer, borrada.
Que así lo escriba la historia.
Que así lo lloren los historiadores.
Que así lo recuerden las chiquititas, que nacerán hoy más
tristes, más bonitas.
Aquí estoy mujer, más triste.
Veo la llaga en tu piel y la memoria que no tuviste.
Somos muchas, pocas, bastantes.
Somos la estrella de belén, la lumbrera distante.
No hay epitafio, ni adiós en nuestra tumba.
Putas no Putas, madres no madres, qué más da si seguimos
cargando la misma culpa?.

Pero pregúntate mujer.
¿De quién es el vientre?.
¿Si de un Hijo de puta o de una puta consciente?


Patricia

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