12 de octubre de 2014

Miedo a morir

Las palabras resultaron un derroche...

Desperté de una espontánea siesta con el miedo a morir atravesando mi garganta. Lo sentía tan cercano: en mis manos sudorosas, en mi corazón bullicioso y en el titubeo ininterrumpido.
Qué insólito, no tenía nulo recuerdo sobre algún sueño que pudiese justificar semejante extra-ordinario estado.
(Dudoso)
Tenía un irrevocable miedo a morir, sólo a unos pasos de aquella insulsa línea abismal. Y qué débil me contemplé, tan aterrado, sumido en un pánico azaroso...
¿Dónde se había metido ese escéptico que acariciaba, burlesco, las garras de la muerte?
El mísero, el pasajero, el vehículo fortuito...
Fue una cosa de minutos y nada más, el cuarto frío, la indecisión terrenal y la Muerte palpando mi cetro.

-¡Despabílate tonto irresuelto!-

Desperté con miedo a morir e invalidé cualquier aprensión.
Y Ahora, ya no sé cómo pensarla...


Thor

No hay comentarios: