11 de mayo de 2015

Romance del mar

Entre tu cuerpo erguido y yo,
venturosas olas en vaivén ciñen el espacio de incertidumbres.
Tu espuma blanca la absorbe mi arena,
esta vez, para que el ocaso sea testigo de cómo los pétalos caen desnudando una flor,
la que sin querer floreció entre el viento de la mar.

El mar tienta la brisa, tienta la marea,
y con un tinte azul, moja la arena.
¿Qué será del silbido del mar, sin rocas a la cual chocar?
Y es que a veces este mar ronronea,
cuando la luna canciones de amor le tararea.

¿Y qué tal si esta vez, dejo que mi arena se moje de tu mar,
empapando el alma en el goce de amar?
lluéveme con tus manos, brisa marina,
y en este suelo escribamos,
con el cuerpo y los labios enlazados
una fábula entre la arena y la mar azulina,
una historia de noches con cafeína
Pero que delicia...
cuando tu ondulante mirada decide ir más allá,
y en ese continuo vaivén me acaricia
a veces como si hamacara
tan sutil, que la piel me eriza.


Epifanika

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