20 de mayo de 2015

Con el zumbido del viento en mis oídos

Con el zumbido del viento en mis oídos,
Que no es eco ni resonancia, sino
Clamor del tiempo y gorjeo de aves,
Deambulo taciturno, con el paso perdido.

Oscuro y lagañoso veo caer estrellas
Marchitas del cielo,
Y el suicidio de los pájaros volando
Hacia el sol.

Con la saliva amarga de tanto tragar
Besos insomnes, la boca, mi boca
Enmudecida me maldice las entrañas
Agusanándome la tráquea.

¿Qué días de silencio atoran mi Ser?
¿Qué artilugio del inconsciente me tiene
en esta calamidad?
Suspiro con olor a pánico.

De la habitación emana brisa a
Insecticida, que sirve de incienso para
Mi alma dolida, constantemente
Marchita.

Oh días de antaño, salgan de su
Reminiscencia, ayuden a mis tenebrosos
Sentidos parcos a saborear la pulpa
De primaveras lúdicas.

O al menos dejen mi alma en paz,
Que en constante descenso hacia el vacío,
El golpe en la caída despierte o desaparezca
Los domingos de añoranza con olvido
Y olvido.
               

                             Equeco

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