Amaia es
obligada a vivir…
Observa
atenta cada mueca del mundo,
No comprende
si quiera un color derramado,
Se sorprende
con el ruido del miedo.
Abre lo más
que puede sus dos universos negros,
Para buscar
el ser y el sentido de su existencia.
Empuña con
fuerza sus proto-manos,
Como
reprobando al mundo agrietado que la recibe.
¡Y llora
pidiendo de vuelta el cálido silencio!
¡Y grita
rechazando el contrato social que está obligada a firmar!
Amaia, te
veo tan indignada,
Escondida
entre las ramas de tu madre.
Te siento
tan desolada,
Indispuesta
a caminar por el camino único que se te presenta.
Y estas en
lo cierto,
Tienes razón
en tener miedo…
Golondrio
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