desmedida,
que bombea su pecho,
y que ve la luz,
en su fragil boca.
Su vestido como estandarte,
de una sociedad hundida,
que se entromete con su lecho,
su vestido manchado,
de su sangre antes viva.
El/la pobre travesti,
pensaba que podría,
exponer su ser,
con tamaña porfía.
No creía que la sociedad,
Matarlo, lo haría.
Tempi
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