1 de julio de 2014

Sin nombre

Recuerdo haber llegado
Como llega quien no tiene donde. 
Ahí, en ese lugar sin rostro 
Todo era muy caro. 
Hacía frío, 
Ese frío de los fuegos que no calientan 
Y los chalecos que no abrigan 
Entre nada encontré una banca. 
Me senté porque era lo más sensato que podía hacer. 
Vi pasar muchos cuerpos y dos almas, 
Sólo dos almas con las que pude amar entre tan poco. 
La primera se acercó tambaleante, 
Le di a fumar de mi cigarrillo, 
Me dijo su nombre 
Y lo olvide de inmediato. 
La segunda se acercó tímida, 
Tenía en el rostro lágrimas falsas, 
Mas su pena era verdadera. 
Le acaricie la cabeza 
Y nos sentimos bien. 
Se acostó por un momento junto a mí. 
Solo un momento, 
Después se paró y se fue, 
Pues se dio cuenta 
Que yo me iría también.

Matías Mandujuano

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