Toda la tarde atado al escritorio,
a un papel sobre la mesa de trabajo,
equivocándome,
defendiéndome del error y del ocaso.
Quiero decir que pasaron horas,
luego días: ¿y cómo entender la existencia
que refulgió en el aire y en penumbra?
¿Cómo decirlo exactamente, cómo trazarlo
con bolígrafo o a lápiz?
Lento es rememorar en claro,
recorrer las sombras del recuerdo
allí también está la vida.
Memoria mía, memoria mía,
dame lo que es mío y enséñame
la pura manera de contar lo que se ha ido
que pueda más la voz que el tiempo.
Tino Villanueva
No hay comentarios:
Publicar un comentario