Una arpía cruda y maloliente repleta de escarcha,
Un par de guantes plásticos, un dado transparente,
O un montón de hormigas en la aorta.
Un paraje de plata, un pétalo triste saludando al sol,
Al beso último del muerto,
Al pavo real inocente, crepuscular y absorto
Mirando con dulzura al gusanillo que se esconde
Paranoico en la tierra.
El día es frío, elegantemente frío,
Con túnica rosa y voz de ciruela,
Extiende un manto caoba de multitudes de
Palomas lilas en la atmosfera infinita – (suspira un detente)-
Que es humana,
Metafóricamente humana.
El día que en un santiamén es puro hielo,
Hay una esperanza gris que resalta como rosa,
Bajo el primero o el último rayo de un triste sol
De vil agosto,
caía, sumiso y taciturno, el rocío
púrpura de un montón de diminutas flores.
El día, debía acabar, se tenía que acabar,
Eso iba a suceder, como un pájaro que muere solo,
Pero los muertos se me quedan en las manos,
Respirando cautos y asustados.
Hi
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