24 de noviembre de 2014

Otro "..."

"Los hombres no tenían idea que el tan dichoso paraíso estaba frente a sus narices, de una simplicidad inesperada, de una empírica respuesta. La flor se abría con natural y mágico desplante, y sólo bastaba en mirar y mirarse con detención, para atisbar las lógicas trascendentes."
Yo, por mi parte, crucé la calle sin pensarlo dos veces. Algo ajeno a mi poder, del pecho me impulsaba, una aparente coherencia (enigmática, desconocida y por qué no, ignorada). En la no-búsqueda, tantié varios pasos que me alejaron de la quietud, y sigilosamente, se sumaron precisas pisadas que alimentaron el impulso.
Nada raro resultó que a mitad de camino me detuviese, era la cuota vertiginosa, los puntos de interrogación y las mismas putas falsas sonrisas de siempre. Alcé la vista casi por obligación, y en medio de una inevidente catarsis, observé como ciertas ventanas se cerraban con repulsivo desdén, mientras otras de pura coincidencia, se abrían invitándome a explorar.
Orden en la sala dijo el juez.
Fue el típico miedo a los finales de abandono que de mí hicieron continuar. (Autoengaño del puro y más eficaz). Entonces, dotado de un aire vistoso y desenvuelto, alcancé la otra vereda.
Pareció que pasaron décadas de cruces y caminatas. Sin embargo, no tardé en mirar intrigado hacia atrás, en una, ahora, sí-búsqueda. Y qué ironía, héme allí parado, con la duda entre las manos,  consultándome si atravesar o no.
(El mensaje,
para oídos sordos, pedantes y olvidadizos: muerte a sus egos,
para juiciosos, desinteresados y adversos: charlatanes incomprensiones,
para inconformes, necios y sesudos: gracias y perdón,
para ti y para mi: ...)

Thor

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