23 de noviembre de 2014

Aterrizaje

Esa palabra aterrizó intensa en su papel. Fue desconocida por la tinta y por las demás historias compañeras de página. Impregnadas, prisioneras-in poder escapar. Detuvo su mente un segundo. Esa palabra, esa palabra de mierda que lo convirtió hoy en lo que es: un mísero escritor lleno de esas mismas palabras, que utiliza como embestida y luego se arrepiente de pronunciar. Afortunadamente, son palabras, y las palabras se las lleva el viento o el viento las reclama.

Tintaya 

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