El frío viento toca mi paladar y las alas de libertad emprende su periplo,
déjame salir, por favor, borremos los recuerdos y dejadme ir,
todo esto es un camino sin fin,
las crudas notas dejan en seco mi derrota,
las lagrimas corren por la tierra y la saliva es cada vez mas espesa,
el precio de la soledad es el que todos en su momento debemos pagar.
Miro la luna y los recuerdos se marchitan en la penuria,
los labios llevan las llagas de tu arrogancia,
y mis brazos el peso del suplicio,
se abren las rosas, la tierna primavera ya palpita en está ciudad,
mis piernas caminan y caducan mi verdad,
las aves vuelan y mis ojos se desvelan por los sueños arrancados
de las paginas en blanco que en algún día vimos pasar.
Arlecchino
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