31 de agosto de 2015

El día es un fierro

El dia es un fierro, y de hielo,
Una arpía cruda y maloliente repleta de escarcha,
Un par de guantes plásticos, un dado transparente,
O un montón de hormigas en la aorta.

Un paraje de plata, un pétalo triste saludando al sol,
Al beso último del muerto,
Al pavo real inocente, crepuscular y absorto
Mirando con dulzura al gusanillo que se esconde
Paranoico en la tierra.

El día es frío, elegantemente frío,
Con túnica rosa y voz de ciruela,
Extiende un manto caoba de multitudes de
Palomas lilas en la atmosfera infinita – (suspira un detente)-
Que es humana,
Metafóricamente humana.

El día que en un santiamén es puro hielo,
Hay una esperanza gris que resalta como rosa,
Bajo el primero o el último rayo de un triste sol
De vil agosto,
caía, sumiso y taciturno, el rocío
púrpura de un montón de diminutas flores.

El día, debía acabar, se tenía que acabar,
Eso iba a suceder, como un pájaro que muere solo,
Pero los muertos se me quedan en las manos,
Respirando cautos y asustados.


Hi 

Pájaro muerto

Hoy estoy sin ti, de nuevo.
Veo consumirse lentamente el carbón de la estufa
Y su calor es sangre.

Me inclino a él con los ojos cerrados
Y me tiritan los párpados.

El fuego que allí arde; melancólico y viejo
Conserva mi infancia donde tímidamente
Quemaba el queso añejo al lado de mi abuelo
Que ahora es tiempo.

Tu ausencia hoy no es puñal,
Ni herida,
Ni lápida.

Vuelvo a revivir el fuego con un tibio soplido,
Y así como todo se incendia de nuevo
Arde con triste espanto
El recuerdo de tu presencia
Que pronto será ceniza, pájaro muerto.


Hi 

Un montón de torpes pájaros

Ahí afuera hay un montón de torpes pájaros
Posados en la copa de un árbol muerto,
Revolotean y figuran ser ceniza que dejó el otoño,
O un puñado de plumas que despojó un cisne negro.

Se miran incrédulos y no poseen escrúpulos
Para molestar a aquel árbol muerto.
Viles canallas, son epitafios de carne y plumas
Posados en las alturas de un árbol que fue y será frondoso.

El aire los agita. Tambaleándose
Se entrecruzan con el viento y parecen
Bailarinas mancas o gladiolos marchitos
Desprovistos de piedad con aquel esquelético abedul.

Un torbellino los eleva al vuelo,
Pero es efímero el tiempo de su andanza y
Vuelven graznando o como riendo al follaje lapidario que
Les sirve de aposento y fetiche mortuorio.

Tristes pájaros, grotescos hasta la médula
Son la única rosa que nos deja el invierno,
La savia de ese abedul sombrío y pálido,
La belleza metafísica del musgo.


Hi 

Tiempo

el tiempo es algo pasajero,
es como la corriente que pasa por un río,
como la canción repetida amada para luego odiarla,
no espera a que esté listo; por eso en su vida todos mueren,
es como el cliché más vale tarde que nunca;
nunca fallar, re-escribo en mis memorias pero qué sucederá?
quién encontrará este cadáver de palabras ya muertas por esperar?
le escribo al tiempo; el mismo que pudre mis pensamientos;
el mismo que hace que ame estar más cerca de una muerte;
el mismo que hace que esté mas vivo que nunca.

Nicolás Katriansky 

28 de agosto de 2015

Soslayo

¿Quien será el siguiente en caerse de cabeza?
Ya mis dedos vigilan simetricamente al anterior, o a quién se atreva a anteceder el acto, o la voluntad de estos tiempos. Ya no conozco a nadie que se escape de la vista, ni el mínimo centímetro que de las líneas se haga sombra. Y sigue siendo ficticio, como si la forma fuera primeriza en el momento. Y el cansancio que ya nunca llega, y que a la vez pesa, pero en otros términos que rehuyen las verdades. O miedos de verdades, o cualquiera de esas varas que buscan enderezar, o palabra que se vuelve costumbre, como un espíritu animal. Nunca entendieron a los bosques, razones de abnegado.
El que vive esbrutes desliza sus candados.

O'2|3'

27 de agosto de 2015

Más allá del pulso

Ayer hablé por teléfono con mi mamá. Hablamos durante varios minutos, veintinueve si mal no recuerdo. Le pregunté cómo seguían sus dolores de cabeza. Ella me contestó que había ido al doctor en la semana, y que éste le dijo que era posible que el café le estuviera provocando tales jaquecas. Cafés y estrés.
Ella me dijo que los dolores le venían por lo general los fines de semana, cuando ya sin preocupaciones del trabajo, no tomaba café. También me dijo que en cierta medida sí estaba un poco adicta al café, pero que ahora pretendía disminuir sus dosis.
Me sorprendió sólo un poco. Me la imaginé de inmediato con su taza de café matutina.
Le dije que por qué no dejaba de consumir café y listo.
Pero me respondió que no quería, que por qué tendría que cortar con algo que a ella le gusta. Dijo que para ella, es placentero tomarse un café, y no iba a restringir ni coartar su deleite.

"Y yo que he olvidado tales sensaciones. Fue pasando el tiempo y dejé de disfrutar lo que en algún momento de mi vida disfruté. No sé cómo fue pasando, o quizás siempre lo supe, pero sólo ahora me vengo a dar cuenta. Obsesión de apartar al hombre del humano. La mente es poderosa, y ya casi totalmente obra: reproduce asco y en asco se convierte la inmaculada suciedad. Hambre de carne que se convirtió en recuerdos de esclavo, en ignorancias pasadas. La cosecha trae tantos frutos como plagas. Y yo en rata me he convertido, rata del rehuido social y del miedo civilizado. Mis manos ya no saben tocar y sólo tiemblan cuando olfateo lo que hoy es mi comida. Alimentos desechados del orden, recuerdos húmedos de vergüenza, o venganza.
Mi mamá me hizo pensar sobre el placer.
Y traté de acordarme hace cuanto no disfruto algo.
Algo que se escape a la simple supervivencia."


Anónimo


...

Asumo que asumes que esto es un poema. Te equivocaste, pero no completamente. Mira, haré lo siguiente, escribiré unos cuantos versos para saciar tu hambre de "arte" y luego diré lo que tenia que decir.


La luna se equivocó
alumbró al hombre equivocado
hoy, la brisa me llevó a una tarde fría
y frente al mar, las olas me invitan a la eterna labor
de romper rocas a punta de versos


Tristan 

Noche de invierno

Invierno, culto al fin de la fría brisa de la época,
son ramas desnudas ante la inmensidad de tu color
en mi concepción de la mente en olores de una planta;
planta que me precipita, me convence en que te piense,
en que tus cándidas curvas tropezaran en mi,
donde destruiste mas que la falta de fuego,
lo pienso, te siento,intento.

Nicolas Katriansky 

Frente a la ventana

Él recogió la navaja que llevaba ella. Ella la había usado para podar las rosas de la maceta. El había estado todo el día mirando por la ventana en aquel sillón morado. Ella fue quien abrió. Pero en verdad abrió él. Ella había estado sentada en el sillón verde mientras él leía el periódico. Era un niño quien atendió la puerta. Una pareja fue quien había tocado. Era él y ella. ¿Qué es lo que necesita?. Preguntó ella al niño que había tocado la puerta. Él aún estaba sentado frente a la ventana. El periódico mostraba una fotografía de unas rosas. Ella lo había asesinado frente al sillón marrón. Habían sido encontradas en la playa. El niño había sido asesinado allí. Las rosas blancas se habían impregnado con la sangre de ella. Él había conducido hasta la playa. El niño había ido con él. Cuando acompañaba a ella, el periódico informaba sobre un accidente. La playa estaba como titular del periódico. Ella dejo la navaja sobre la arena. Él estaba en la selva y ella frente a la ventana mirando a un niño con una navaja. El niño había visto a un niño mirándolo por la ventana. El periódico estaba en la ventana. La fotografía de una ventana estaba en el periódico. Por la ventana se veía el cuerpo de él, en la playa. El mundo giraba. En la playa se veía la sangre del niño. Asesinado por él. Aunque ella lo había asesinado a él. El reloj se había detenido y ella estaba en él. Él estaba mirando por la ventana. Él había muerto. El accidente había ocurrido mientras ellos estaban sentados en el sillón.

Nicolas Portales 

8 de agosto de 2015

Pantano

Iba tropezando de vuelta a mi casa,
pateando lenguas de agua,
aplastando masas de algo que solían ser
de mis pies las plantas cansadas,
remotas en su hartazgo de recorrer veranos.

Luego sentí murmurar mi espalda,
pesada y arqueada por no ser yo,
que cuando cree estar erguida
solo está acostada. Dormida.
Ausente siempre y demasiado
distanciada de mi pecho.

Andando, de pronto me detengo
en lo que veo y un rumor de decepción
refresca mi cuello,
por más envuelto que esté.
El cuerpo por más habitado.

A toda velocidad (y fuera de mis pasos)
mi voluntad empieza a temblar.
Ya no importa si todo mi silencio se apoya en mi mano
o si ningún ojo se ha cerrado todavía.
Afuera está volviendo a llover.

Finalmente, llegadas mis cargas y yo,
me dispongo a caer sobre el colchón,
a caer muerto junto a mis huesos,
como si mi nombre rescatara en su símbolo
alguna sangre viva que no se detendrá.

Y ella cree no detenerse, no poder descansar.
Pero yo siento que me estoy empantanando
y alejando de vértigos que quise tener.
Afuera sigue lloviendo.


jvv

Bomba de Tiempo

se arma con ansias éste ruido
silencio se rompe de un crujido 
volcán activo suma sus motivos 
en santiago nacido lanzando esta bomba 
del tiempo explota en tus oídos 
artefacto minucioso colectivo 
de momentos construido 
son paisajes del tiempo que se han reunido

a veces me encuentro lejos de todos hasta de mí 
recorriendo mis huellas entiendo porque estoy aquí 
comprendí que nunca es tarde y me sumergí 
en papeles cuando crear algo pretendí 
no dejaré de insistir
no se espera comprensión
escribir es un arma
y se expresa en canción

BOMBA TICTAC EXPLOTARÁ EN TU MANO
BOMBO EN ZIG-ZAG AHORA SIPO HERMANO


Tré