El otro día estuve pensando un poco en la vida de la gente, y en como todos le dan un valor distinto. Ya sea porque todas las personas son distintas, o los caminos que toma cada uno divergen constantemente. También podemos relacionar esta capacidad a la ineficiencia del humano al compartir directamente, utilizando un lenguaje como medio, y abusando un poco de la interpretación de pasada. Lo importante es que hay muchas maneras distintas de verlo, muchas posibilidades.
Es ahí cuando pienso que, al fin y al cabo, la gente no es algo en realidad muy particular. Es cierto, vivimos en un ecosistema, en el planeta Tierra. Desconocemos la existencia de vida fuera de esta y consideramos que debemos cuidar la vida como algo preciado. A veces la sociedad, el resto de los animales, todos los vegetales e incluso cada una de las bacterias que viven en nuestro mundo, nos pueden hacer pensar incluso que tenemos algo especial, algo que nos mueve y nos permite idealizarlo.
Pero si dejamos eso de lado, no diría que somos especiales. Creo que simplemente somos.
Prometeo
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