15 de junio de 2014

Puntos de jarana

Que la gente reaccione conmigo como yo reacciono con ellos, es reaccionar contra mí mismo.

Delgado como el forro de un abrigo barato, como un pluma. Es tan fino que se me escapa del área más sensible de las yemas de mis dedos. Con un solo soplido, y se me escapa. Ese ojo delgado como el momento en que coincidió con el mío.

Y siempre pasan estas cosas en estos momentos. Y siempre pasa esto y lo otro, en el mismo cuándo, cómo y dónde. Pero al final es mera sugestión, es predisponerse a que se reiteren los malos momentos de la vida, porque los buenos se conciben como únicos e irrepetibles.

Siempre soñaré lo que no fue y lo que no ha sido. Siempre lo haré con la mente fría pero con la piel quemándose de no haber podido sentir nada, ni el tacto de sus yemas insensibles, ni la delgadez de su ojo observando cómo se cierran los míos después de este último punto.


Chicha Ruidosa

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