Cándidas observaciones se azotan
contra la progresiva debilidad de tu musculatura.
Entretanto asoma, antes de germinar el llanto,
el eterno cuarto de sol, o fragmento equívoco,
que por tantos años permaneció instalado
en mis visiones y posibilidades remotas.
Que no era sino comodidad, inercia,
escalón que ya daba por sorteado.
Pero allí estaba, siempre, buscando ser luz
en una idea carente de ella.
Buscando ser verdadero, el sol.
Ese cuarto es el que hacia mí ahora se torna.
Y lo hace como si novedades de otras eras
estuvieran arribando por fin a esta parte.
Cargando la incertidumbre arraigada en ellas.
Ese cuarto vuelve, pues hay algo más fuerte
por lo que llega.
Me doy cuenta hoy que aquel largo olvido
donde estas cosas no brotaban,
se debió a la decepción consagrada,
silenciada entre ciertas capas de recuerdos.
La de no ver ese mundo sino como un mero
capricho de líneas, intentos vagos y vanos
por querer retratar algo y no poder.
Por querer vivir más allá de esto.
Decepción... como muchas otras.
Pero aquella no representó una, en realidad.
Porque consistió siempre en mi ser plasmado, incipiente,
genuino en lo erróneo y absurdo de mi acto.
Y de ahí que haya que omitir
ciertos prismas que a ratos nos traicionan.
Ahora, después de varios escalones,
puedo decir que el resto de sol que faltaba
más allá de esas puntas enroscadas,
era mi propia vida intangible.
jvv
13 de octubre de 2015
4 de octubre de 2015
Recordari
Desde el primer segundo en que dejó de verlo quiso regresar a buscarlo. Andaría en su camino diciendo que allí, al final, seguía vivo. Vivo como siempre lo estuvo, sentado esta vez y charlando en un comedor.
Aunque solo alcanzó a distinguir su tronco y su gran cabeza, eso bastaba para sentirse seguro de su existencia completa. Se hallaba conversando como siempre, comiendo y bebiendo vino, más tranquilo que antes. Y ahora que no podía verlo, se contentaba con la certeza de que vivía, allá o en otra parte.
Cuánto tiempo pasaría hasta un nuevo encuentro. Ni si quiera sabía si alguna otra vez volvería a escuchar su voz. Pero iba a estar allí, de todas formas.
Sentado o bailando, siendo imagen latente.
De repente un caudal oscuro nos sorprende desde las paredes que parecían albergarnos. Es rojizo y espeso. Pero se siente bien ahora que nos impacta. La piel se refresca en esta inmersión. La mente parece estar siendo barrida, aseada.
De pronto, la imagen del primer encuentro vuelve a ser otra, la misma, pero más lúcida y brillante. A veces más aburrida y borrosa, pero al fin y al cabo es. Y escribiendo como a veces, jadeando está él, o asaltado por el sueño. Permitiendo la existencia de figuras ambiguas.
Porque si no se halla entre letras estaría entonces dormido, con lo ojos pesadamente cerrados, encontrando a su abuelo, distinguiendo su cabeza y sus ojos apacibles por sobre la copa de vino.
Luego el idiota volvería a jadear.
jvv
Aunque solo alcanzó a distinguir su tronco y su gran cabeza, eso bastaba para sentirse seguro de su existencia completa. Se hallaba conversando como siempre, comiendo y bebiendo vino, más tranquilo que antes. Y ahora que no podía verlo, se contentaba con la certeza de que vivía, allá o en otra parte.
Cuánto tiempo pasaría hasta un nuevo encuentro. Ni si quiera sabía si alguna otra vez volvería a escuchar su voz. Pero iba a estar allí, de todas formas.
Sentado o bailando, siendo imagen latente.
De repente un caudal oscuro nos sorprende desde las paredes que parecían albergarnos. Es rojizo y espeso. Pero se siente bien ahora que nos impacta. La piel se refresca en esta inmersión. La mente parece estar siendo barrida, aseada.
De pronto, la imagen del primer encuentro vuelve a ser otra, la misma, pero más lúcida y brillante. A veces más aburrida y borrosa, pero al fin y al cabo es. Y escribiendo como a veces, jadeando está él, o asaltado por el sueño. Permitiendo la existencia de figuras ambiguas.
Porque si no se halla entre letras estaría entonces dormido, con lo ojos pesadamente cerrados, encontrando a su abuelo, distinguiendo su cabeza y sus ojos apacibles por sobre la copa de vino.
Luego el idiota volvería a jadear.
jvv
Suscribirse a:
Entradas (Atom)